La mitad de los países de Centroamérica afronta una nueva ola de la covid-19, con récord de personas en UCI en Costa Rica y un creciente número de contagios en Guatemala y Honduras, al tiempo que todo el istmo clama por un acceso equitativo y más rápido a las vacunas.
En la otra mitad de la región la situación parece estar más tranquila: Panamá habla de un “control” de la pandemia tras una “segunda ola” a finales de 2020; El Salvador destaca una “estabilidad” de los contagios, mientras que Nicaragua exhibe cifras muy bajas de casos y muertes que son rebatidas por una red de médicos voluntarios que dibujan un escenario más grave.