El juicio iniciado este martes en Honduras contra un ejecutivo de una hidroeléctrica acusado de ser uno de los autores intelectuales del asesinato en 2016, de la ambientalista Berta Cáceres, es una oportunidad para que se haga justicia para las víctimas y evitar más crímenes de ese tipo.
“Sabemos que este proceso puede abrir las puertas (…) para la deducción de la responsabilidad de quienes pagaron y ordenaron el crimen”, dijo a Efe Bertha Zúñiga, una de las hijas de Cáceres, ganadora del premio ambiental Goldman.
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